Aquella mañana cuando sonó el despertador, la pereza recorrió todo mi cuerpo. Frío, madrugar, sueño … no son los compañeros de viaje más apropiados para ir hacer fotos, pero al final, vencimos a la pereza y tuvo su recompensa.

El camino más habitual  y que nos pilla más cercano para acceder a San Miguel de Aralar estaba cortado al tráfico por la nieve, lo cual nos hizo recorrer unos cuantos kilómetros extras, pero al final, mereció la pena.

Cuando el día empezó aparecer poco a poco, el cielo se fue tiñendo de unos colores extraordinarios, brindándonos la oportunidad de disfrutar de uno de los amaneceres más espectaculares que jamás había visto. En ese momento , todo se te olvida, el sueño, el frío, etc… Con este pequeño video grabado con el móvil, trato de enseñaros unos segundos de ese instante…

Esta es una de las fotografías que hice a primera hora aquella mañana. Cuando el amanecer iba llegando a su fin, pensamos que la jornada fotográfica habría llegado a su fin, pero instantes después, un nuevo fenómeno nos sorprendió, pero eso lo dejo para otra entrada. Espero que os guste.

Leyenda
© Felipe Dávila Photography – Canon 1Dx / 70-200 f/2.8L IS II / 0,8s f11 iso 160